El quiteño Mauricio Coyago vende su piso ‘por un euro’

Es uno de los miles de trabajadores en la desocupación, por eso el emigrante ecuatoriano ya no puede pagar la hipoteca. Se le ocurrió organizar una rifa.

 

Gabriela Paz y Miño. Corresponsal en Madrid de El Comercio

Su idea lo está haciendo famoso. El ecuatoriano Mauricio Coyago es ahora un rostro conocido en varios medios españoles. Quiteño, de 41 años, este inmigrante encarna una de las cientos de historias de aprietos económicos que está dejando la crisis en España.
Trabajaba hasta julio pasado en la construcción, pero el coletazo del paro también lo golpeó y le dejó sin sus ingresos mensuales, que alcanzaban los 1 300 euros. Su esposa, también quiteña, no trabaja actualmente, pues está encargada de cuidar a los tres hijos de ambos, de 9, 6 y 5 años. Su hija, la intermedia, tiene  discapacidad.

Endeudado en la hipoteca de un piso que compró hace cuatro años –prefiere no decir en cuánto- ha tenido que dejar de pagar las cuotas, pues con lo que cobra por el paro no le alcanza. “Son menos de 1 000 euros. Alguna gente me pregunta cómo podemos vivir con eso, cinco personas. Pues, con una economía de guerra, comprando solo lo que el cuerpo necesita”, dice Coyago.
Pero él, asegura, no es de las personas que “se dejan vencer fácilmente”. “Siempre les digo a mis hijos: tienen que ser como águilas, aprender a volar alto y no dejar que les quiten sus sueños”.
Ahora, cuando la crisis aprieta, él aplica para sí el mismo principio: soñar. Para salvar su piso ha ideado una rifa, que reclama la atención de la gente con este mensaje: “vendo mi piso por un euro”.

Mauicio Coyago muestra la zona donde está ubicado el piso.

Mauicio Coyago muestra la zona donde está ubicado el piso.

En un video casero que ha colgado en YouTube, el compatriota muestra el edificio en donde está su apartamento, actualmente en obras. Es su forma de promocionar el sorteo, que funcionaría de la siguiente manera: “La gente depositaría un euro en la cuenta 20852067030330512589, de Ibercaja, entonces le dan un comprobante. El banco se queda con el original y es la copia la que entra al sorteo. Con otra copia me quedo yo”, explica Coyago.
Su meta es reunir 120 000 euros que, indica, es el actual precio de su apartamento de 53 m². En la cifra ha incluido el costo de las reformas que se ha hecho. Si, de euro en euro, reúne los 120 000 que necesita, hará el sorteo. Si no, sorteará la cantidad que ha podido reunir.
“Tenemos un posible comprador, que quiere adquirir el piso por 80 000 euros. Si lo vendemos, igual sortearemos lo recogido”. Coyago admite que su idea podría generar suspicacias. “Por eso me he acercado hasta Hacienda, en Huesca, para que controle  el proceso. Además, hemos bloqueado la cuenta. La figura se llama prohibición de cargo y no nos permite sacar el dinero hasta que se haga el sorteo”.
Los primeros depósitos a la cuenta ya se han hecho, aunque todavía -admite el quiteño- la respuesta ha sido tibia. Las colaboraciones han llegado sobre todo de vecinos o amigos que lo conocen y lo apoyan.
Pero él no pierde la esperanza. Ha cambiado dos veces el plazo final para que la gente deposite el dinero porque cree que al difundir más la idea, los depósitos van a llegar. “No estoy mendigando los euros. Es una idea que creo que puede funcionar, porque por un euro ¿no querría usted tener un piso? Voy a hacer algo que parece imposible, pero no tengo otra opción”, señala.
Antes de él, el madrileño Miguel Marina quiso rifar su casa. Pero en su caso, no pidió autorización a Hacienda y la Agencia Tributaria le abrió un expediente sancionador. Coyago dice que cuenta con todos los permisos y que el sorteo lo hará con un notario, en algún medio de comunicación que le dé  espacio. “En Huesca todos me conocen. Además, cada centavo de euro estará controlado por Hacienda”.

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